Producto indicado para cocina, en preparaciones que requieran esta particular textura en trocitos, como risotto, pasta rellena incluso canelones, guisos con carnes y en rellenos de aves. El jugo sirve como condimento y acompaña a la trufa para reforzar el sabor. A voluntad, de puede triturar más todo el contenido, para crear una textura más fina antes de su uso.

Para la realización de la conserva usamos como ingredientes trufa, agua y sal. Ningún ingrediente más. La cocción se realiza a baja temperatura, y durante este proceso la trufa libera jugo perdiendo peso. Para la obtención de 10 gr. de peso neto escurrido son necesarios 13 gr. de producto fresco. Las ramificaciones de la pulpa denominadas también venas no son visibles después de la cocción, por lo que la trufa en conserva, al ser laminada presenta en su interior un aspecto uniforme.

Conservación
La caducidad aproximada sin abrir el envase es de tres años. Una vez abierto el envase pero no consumido todo el producto, ha de conservarse en frigorífico a +4º por un tiempo no superior a 10 días.

Curiosidades
El gastrónomo francés Brillat Savarin escribió en su "Fisiología del Gusto" de 1825: "La trufa es el diamante de la cocina". Afirmaba que la trufa negra evocaba recuerdos eróticos y glotones.